30 de septiembre de 2008

A Sonia

Ahora que te tengo como lectora, (aunque ya me medio leías antes) tendré que terminar mi historia, bueno, y su historia. Rectifico, tengo más motivos para acabarla, la pensaba acabar de todos modos. Pero para contarla hace falta mucho tiempo, igual este fin de semana escribo algo más. Estoy pensando... como nos conocimos es también una historia muy interesante...




Con esta entrada tengo en un més: dos en total, todo un récord!

26 de septiembre de 2008

Y ahora hablando solo

Hace unos días se fue mi amigo, me pidió que escribiese sobre lo que hablábamos algunas tardes; que así él lo leería y se acordaría de mí. (pero solo las de cuando él se enamoraba que las otras son más aburridas, decía).

Recuerdo la primera vez que me habló en una parada de autobús, fue muy gracioso, no lo conocía de nada y me dijo: necesito compartir lo feliz que soy (yo me quedé de piedra, pensando que está "flipao"). Intentaré escribir, intentaré revivir aquellos momentos, pero ya hace mucho tiempo y me saltaré algunas cosas porque no me acordaré bien.

- Hoy hago siete meses desde la primera vez que la vi.
- Am.
- Todavía no he hablado con ella, simplemente la veo y me imagino las cosas, donde sé que no puede hacerme daño. (Yo solo me limitaba a asentir con la cabeza y alguna vez decía "ajá"). Ahora mismo sé que me quiere, pero no se atreve a decírmelo. No es que alguien me lo haya dicho, simplemente lo intuyo. Yo es que soy una persona muy inteligente, ¿sabes? reconozco esas cosas. No te conozco de nada y te estoy hablando... es que necesito compartir lo feliz que soy. ¿Cómo te llamas?

- Adrián. (No me dio tiempo ni a preguntarle el suyo cuando siguió con su monólogo).

- Ah, no me gusta ese nombre, suena muy brusco. Pienso que ella…

- Pues a mi me gusta. (Le corté)

- Pues no tienes gusto.

- Ni tu eres una persona inteligente.

- Si que lo soy.

- Si claro, llevar siete meses si hablar con una persona a la que quieres simplemente porque en tus sueños eres muy feliz… eso no es de ser muy listo. (Se quedó tan callado que me arrepentí de lo que le había dicho, no debía haberle dicho nada, si él es feliz. Además si no lo iba a ver más). Bueno, si tú eres feliz así, sigue con lo tuyo…

- Me tengo que ir.