1 de febrero de 2009

Simplemente hablando

Eran más de las 18:30 y allí estaba él.

- Creí que no vendrías (topicazo)
- Si, bueno. ¿De qué quieres hablar?
- Pues de lo que hablamos ayer de la parada.

- ¿De qué te gusta una niña?¿de eso?

- Si... es que no sé que hacer.

En ese momento pensaría algo así como: este tío está "volcaísimo"


- Pregunta a tu madre, no sé. No soy precisamente un chico con éxito en los temas de amor.
- Joder... (lo dijo de la manera más decepcionada).

- Joder de qué, ¿qué esperabas?

- Pues que me ayudases. Ha sido el único que me has respondido cuando he hablado. Normalmente no me dicen nada las personas a las que se lo cuento. Es que es muy jodido que te guste alguien y no poder hablar con ella porque eres un tímido de mierda.

- Bueno, tampoco te pongas así. Mucha gente ha pasado por eso, yo mismo por ejemplo.
- Pues cuéntame lo que hiciste.

- ¿En cuál de ellos?
- Coño, si al final vas a saber menos que yo...
- Habló de putas la tacones... (esto no lo dije, pero es un guiño para ti, jajaja). La verdad que el primero fue un decepción. Resultó ser muy egoísta... no sé, incluso al cabo del tiempo se me bajo un poco hasta que desapareció, pero parece que lo tuyo es más fuerte. Deberías por lo menos saber su nombre... (ya ves, yo dando consejos de como ligar)


La conversación duró unos 45 minutos; hablamos de los fracasos amorosos y nos reímos bastante por ello , aunque la verdad sea dicha, mis romances fueron peores que los suyos.

Quedamos en el mismo bar a la misma hora a la semana siguiente.

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