- Diga?
- Si, buenas tardes, es usted la madre de Federico?
- Quién sois vos? (algo que no había dicho y es importante es que son argentinos)
- Tengo una maleta que se olvidó en el autobús y...
- Ah! si, si... cuando nos podríamos ver para recoger la mochila?
- Pues no sé, le parece bien en "X" dentro de una hora?
- Claro, perfecto.
(Quizás la conversación no fuese así, pero da una idea).
Bajó del coche Federico con bastante menos alegría en su rostro que hacía un par de horas. Me vio, vino hacía mi y le dí la mochila.
- Crees que debería hablar con ella?
- Eh... la verdad que me da igual, tu verás. Ni si quiera te conozco.
- Y qué? eres el único al que se lo he contando. Dime que piensas, rápido que me tengo que ir.
- No sé, si realmente la quieres pues habla con ella, por lo menos saber como se llama.
- Y si no me hace ni caso?
- Pues lo siento, pero te tendrás que joder; no eres el primero al que le pasa.
- Mañana es sábado, quedamos en ese bar y hablamos, te parece bien?
- Eh... igual tengo cosas que hacer...
- Venga, nos vemos a las 18:30.
Se fue.
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