10 de febrero de 2008

pero... ¿Por qué no?

El otro día entró en el autobús una muchacha guapísima. Era el típico que hace fresco por la mañana y a mediodía aprieta el calor. Yo tenía un libro, lo dejé apoyado en la mochila y como si fuese un secreto, la observaba. Sin duda era era muy guapa.

Me divertía pensando en como podía ser, si una persona alegre o triste, si le gusta viajar... lo que estoy convencido es de que es una chica inteligente y sensible. Le vi sonreír al sol mientras cerraba los ojos. Seguro que es muy inteligente y muy sensible.

Bajó en la penúltima parada y tras la ventana pude ver que abrazaba a un chaval que tenía una maleta de viaje azul. Se dieron un beso. Aparté mi mirada y seguí leyendo.

- ¿Por dónde lo he dejado...? -pensé-. Ah! si, aquí... "tu nunca conseguirás nada..."





[escuchando la décima sinfonía de Schubert]

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